Casa Araucaria nace como un refugio de retiro para vida y contemplación de la naturaleza frente a un lago. Con la presencia inamovible de una araucaria como habitante previo, la casa cierra su fachada hacia el cerro y la abre hacia el lago, el cual se encuentra hacia el nor-poniente. Una terraza y sombreadero aportan su espesor para regular la incidencia del sol en la fachada más expuesta.

Como gesto dominante de los espacios de estar, un lucernario 360° aporta luz a toda hora. El techo superior, se extiende o retranquea evitando la entrada del sol y permitiendo la luz.

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